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Cubana asegura tener la mística Rosa de Jericó: La «Planta de la Resurrección»
En el poblado de Buena Vista, del municipio Remedios, Cuba, vive María Elena Cruz, una mujer que custodia con devoción un ejemplar de la mística Rosa de Jericó.
Esta flor es una reliquia familiar que heredé de mi madre, quien a su vez la recibió de mi abuela. La cuido con esmero durante todo el año, y el 24 de diciembre la pongo en agua para que florezca en vísperas de Navidad. En la familia siempre la hemos llamado «Flor de Jerusalén», pues desconocíamos que era la famosa Rosa de Jericó, asegura María Elena
Este tesoro familiar, heredado de generación en generación, ocupa un lugar especial en su hogar y en su corazón. María Elena asegura que la planta, aparentemente seca durante todo el año, despierta cada 24 de diciembre en un ritual que su familia interpreta como un milagro de la naturaleza, un mensaje de esperanza en vísperas de Navidad.
Este relato, impregnado de tradición y espiritualidad, nos invita a descubrir la fascinante historia de esta singular planta.
Rosa de Jericó conservada por la cubana María Elena Cruz / Foto: Del autor
Un viaje por la historia y la leyenda de la Rosa de Jericó
El nombre «Rosa de Jericó» proviene de la antigua ciudad de Jericó, en Palestina, una de las ciudades más antiguas del mundo. Aunque la planta que conocemos como Selaginella lepidophylla es originaria de América, su historia está vinculada con la simbología cristiana y la tradición cultural de Medio Oriente.
Durante las Cruzadas, los peregrinos europeos trajeron la planta al continente como un recuerdo exótico y sagrado. Se decía que representaba el poder divino de la resurrección, ya que su capacidad de renacer se asociaba con el milagro de Cristo resucitando al tercer día.
En el ámbito religioso, la Rosa de Jericó es símbolo de vida eterna y renacimiento. Durante siglos, las familias cristianas han adoptado la tradición de conservarla como un objeto sagrado. En la víspera de Navidad, algunas familias colocan la planta en un recipiente con agua como una metáfora del renacer espiritual que se celebra en esa fecha.
Un milagro de la naturaleza
La capacidad de la Flor de Jericó para sobrevivir en condiciones extremas está relacionada con su hábitat natural. Vive en zonas áridas donde las lluvias son escasas y las temperaturas extremas. Cuando el agua escasea, la planta se deshidrata, cierra sus hojas y entra en un estado de animación suspendida, una estrategia de supervivencia conocida como poiquilohidria. En este estado, puede sobrevivir durante años hasta que las condiciones sean favorables nuevamente.
Al entrar en contacto con agua, la planta se hidrata rápidamente, reanudando sus funciones biológicas y desplegando sus hojas en un fenómeno que parece casi mágico. Este proceso no solo fascina a quienes lo observan, sino que también le ha valido a la planta un lugar especial en diversas culturas como símbolo de fortaleza, resistencia y renovación.
La Rosa de Jericó en la actualidad
Hoy en día, la Rosa de Jericó sigue siendo un objeto de fascinación y tradición en muchas partes del mundo. Además de su valor cultural y religioso, es utilizada en rituales de buena suerte y prosperidad. Se cree que colocarla en el hogar trae bendiciones, mientras que su capacidad de abrirse y cerrarse simboliza el ciclo de la vida y la conexión con la naturaleza.
La historia de la Flor de Jericó es un testimonio de cómo la naturaleza y las tradiciones humanas se entrelazan para dar significado a fenómenos que, aunque científicos, tienen la capacidad de inspirar asombro y espiritualidad.
Y, como demuestra María Elena Cruz desde Buena Vista, su poder no solo radica en su capacidad de renacer, sino en la unión y el significado que inspira en quienes la contemplan.
Curiosidades sobre la Rosa de Jericó
1. Dos plantas con el mismo nombre:
Aunque comúnmente se llama «Rosa de Jericó» a Selaginella lepidophylla, hay otra planta que comparte el nombre, Anastatica hierochuntica, originaria de los desiertos de Oriente Medio y el norte de África. Ambas tienen la capacidad de rehidratarse y «revivir», aunque son especies diferentes.
2. Símbolo de buena suerte y protección:
En muchas culturas, la Rosa de Jericó es considerada un amuleto. Se cree que colocarla en agua y dejarla en el hogar atrae prosperidad, felicidad y protección espiritual para la familia.
¿Sabías que la cubana Ivette Cepeda tiene un álbum titulado La Rosa de Jericó?
3. Un ritual con agua bendita:
En algunos países, la tradición dicta que el agua en la que se sumerge la Rosa de Jericó puede convertirse en un elemento de limpieza espiritual. Se utiliza para bendecir hogares, objetos o incluso a las personas, como un acto de purificación.
4. Una planta viajera:
Gracias a su capacidad de enrollarse y desenrollarse, la Rosa de Jericó puede viajar grandes distancias. El viento arrastra la planta seca, que se enrosca como una bola, hasta que encuentra un lugar húmedo donde asentarse y abrirse nuevamente.
5. Larga vida en estado de reposo:
Esta planta puede permanecer en estado seco durante décadas, conservando su capacidad de «revivir» al contacto con el agua. Algunos estudios han demostrado que ciertos ejemplares han sobrevivido hasta 100 años en esta condición latente.
Estas curiosidades no solo resaltan la capacidad de la Rosa de Jericó para adaptarse a condiciones extremas, sino también el lugar especial que ocupa en las tradiciones culturales y espirituales de diversas comunidades.